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domingo, 14 de diciembre de 2014

SETI, EL EGIPCIO /// Capitulo 5


5    DUMUZI
Por Karlos Dearma.

SALMANASAR intenta controlar a lo que queda de su ejército de 40 mil, poco. Se ha tomado el tiempo de cortar las cabezas a una decena de desertores para demostrar autoridad. No creo que sirva de algo, las deserciones siguen. 

Mi nombre es DUMUZI caudillo de mil, nací en MARI, soy mercenario  y llegue hasta aquí por el oro de Egipto. A decir verdad conseguí poco. No puedo negar las cualidades militares de mi jefe pero la muchedumbre que manda nunca fue un verdadero ejército. Sirvió contra los nómades del desierto  y las desunidas ciudades de Siria y Canaán. Pero los fenicios nos cerraron sus murallas y debimos resignarnos. 

El país del Nilo, contra lo que pensamos, supo organizarse mejor. Unos pocos líderes guerreros bastaron para darles esperanzas a unos pocos miles de soldados y a un montón de campesinos que casi no saben pelear. TUTMOSIS, PEPI, SETI son algunos de sus nombres. Nombres que nos ofenden como un insulto, como una bofetada, como la sed.

Detengo una pelea por un pellejo de agua entre los míos cuando SALMANASAR llama a sus jefes. La derrota enloquece a los hombres y los buitres del desierto vuelan sobre nosotros esperando por su carroña: Quizás algunos más de nosotros pronto lo seamos.  Se hacen presentes su segundo LIUMA líder de los Hititas, ARNE capitán de los hombres del norte, BIROS jefe de los mercenarios Helenos, OG caudillo del desierto, ZIGGUR comandante de los rudos montañeses del ELAM y yo. El resto se ha marchado con su poco de botín. Es más que suficiente a la casi perspectiva de perder la cabeza si los egipcios nos dan alcance. 

SALMANASAR habla:
-Continuaremos la retirada hasta Canaán. Podemos reagruparnos allí trayendo refuerzos de Mesopotamia y Asiria.
-¿Reagruparnos? ¿Bastara el oro para comprar más soldados?-OG, mirándome, se permite ponerlo en duda, la cercanía de la muerte suele darle valor a algunos hombres, como el contradecir a nuestro cruel jefe.
 LIUMA interviene:
-Lo mejor es  volver a Mesopotamia. La corte de Tebas está dividida. TUTMOSIS no se arriesgara a perseguirnos tan lejos. Por ahora.
Y BIROS aporta:
-Tal vez solo se contente con echarnos de Egipto. Pongamos primero distancia entre TUTMOSIS y nuestros cuellos. Luego nos reorganizamos. No creo que Egipto se olvide pronto de esto.
-Tarde o temprano vendrán por nosotros.-Interviene ARNE acariciando su espesa barba rubia-Mis hombres no tienen miedo de pelear pero son hombres del mar y no les gusta este desierto. Un poco de descanso y unas mujeres no les caerán mal. Luego enfrentaran a cualquier ejército.

Nuestro jefe sabe que no puede contradecir en esto a sus capitanes aunque quisiera. No desea un motín ahora. El oro nunca es suficiente en la derrota y las lealtades de los soldados a sueldo suelen ablandarse si este escasea. Su sueño de conquistar Egipto se  le escapa. 

Lleno de rabia, sin levantar la vista SALMANASAR contesta:
-Entonces en marcha hacia el Oriente ya mismo. En cuanto a ti DUMUZI te tengo “un trabajo”.

No me gusta la forma en que lo dice.

continuara ...

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