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viernes, 5 de diciembre de 2014

SETI, EL EGIPCIO /// Introducción


INTRODUCCION
Por Karlos Dearma
Los escribas somos básicamente hombres muy prácticos.
Tomamos nota de todo cuanto pueda ser útil a la administración del reino: Edictos reales, Impuestos, gastos de la corte, costos de las obras públicas. Por supuesto que también nos ocupamos de otras tareas importantes: La preservación de la tradición religiosa y profana, saberes medicinales, astronomía, calendarios, cronologías...

Quizás, si llegáis a leer esto, penséis que es algo muy interesante: No lo es en lo absoluto. La mayor parte de la tarea es más que aburrida. Incluso parte de mi tarea (por favor no le digáis a nadie) me avergüenza.
Me ha tocado mentir más de una vez para que la memoria del pasado sea más benévola con algún que otro faraón. Y he conocido a varios que se han beneficiado demasiado con ello. 

Seguir las órdenes, de eso se trata, después de todo sigo las órdenes: ¿Acaso imagináis lo caprichoso que puede ser un faraón? Tal vez algún día ellos sean olvidados, o eso espero. Solo me queda un pequeño consuelo: Es imposible engañar al pueblo egipcio en esto. Tal vez, eso sí, confundir a las generaciones futuras. Espero que el día de mañana aparezcan hombres (o mujeres) capaces de desentrañar estas mentiras, pero no es mi intención primera aclarar ninguna de ellas aquí.

Debo presentarme: Mi nombre es AMENHOTEP, Nací en Tebas hace ya 50 años y soy un experto escriba en la corte.  Un “gran honor” para mí y los míos, el servir a reyes (y si tengo que ser sincero, tedioso honor si los hay. ¿Conformismo? Sí. Pero gracias a ello me gano dignamente la vida) ¿Algo más sobre mí? Mi familia, mis padres, mis abuelos y antes los padres de ellos, le deben su riqueza a las negras tierras que el Nilo depositó sobre los campos al retirarse la inundación. Mis hermanos mayores se han encargado de continuar la tradición agrícola familiar. Ya no había lugar para mí en ella o eso me pareció y elegí esta profesión, quizás porque no me gustaba la vida campesina, ni la carrera militar. Tengo un buen pasar, bendición de los dioses: Mi familia, casa propia y algunos esclavos que me sirven.

A veces me pregunto: ¿Qué habría sido de mí si no fuera escriba y hubiera seguido el camino de las armas? Como SETI, el mejor y el más valiente guerrero del Egipto. Pues sobre él trataran estos escritos. ¿Porque? He querido liberarme con ellos del aburrimiento cotidiano de la labor del escriba y también contar una historia que vale bien la pena ser contada: La suya. SETI es mi mejor amigo y quizás nadie más cuente su historia, y la de otros que fueron protagonistas.

Algunos de los hechos él mismo me los ha referido en nuestras largas charlas. Otros más han hablado conmigo contándome su versión de los hechos, algunos de esos testimonios aparecerán en estos escritos. Sus voces se expresaran a través de mis manos.
Mucho se ha dicho sobre SETI pero no todo es cierto. No es un egipcio común y espero hacerle justicia. Pero voy a dejar de lado prolegómenos y comenzare de una vez con la historia. He debido cambiar el nombre de algunos de los protagonistas de esta por dos razones: La primera es que algunos de ellos me lo han pedido, la otra es preservar la memoria de otros que ya no están entre nosotros y guardarlos de la maledicencia ajena (cosa que detesto). Espero sepan disculpar estos inconvenientes, por lo demás lo escrito se ciñe lo más fielmente que pude al relato que me hicieron de ellos.

continuara ...



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