136 SETI, EN EL CAMINO DE ALEPO (SETI)
Por Karlos Dearma.
El camino
hacia Alepo nos llevará tres días. Conduciremos dos caravanas hasta los
confines de Ebla. Una cargada de todo tipo de mercancías, la otra con armas. La
primera será el sebo con el cual pensamos distraer a los soldados de EA-TESHUB.
La segunda debería entrar de incógnito en las tierras sometidas a su dominio.
IB está más que comprometido con la rebelión. He recibido de su parte todos los
detalles posibles del viaje, ahora que sabe lo interesado que estoy en
participar de la empresa.
JEZEBEL nos
ayudara con una escolta y algunos de sus hombres. Estos días juntos han sido
tan buenos como los mejores que recordaba de veinte años atrás. La extrañaré.
Ahora vamos en camino de conocer a los mercenarios que marcharan con nosotros.
Hititas. No confío en los hititas. He combatido contra ellos y sé que son
valientes pero no puedo evitar pensar en que fueron mis enemigos.
Un tal LIUMA
los lidera. Hasta hace poco combatió junto con los asirios como parte del
ejército de SALMANASAR. Cambio de bando
justo en el momento oportuno. Le hablo a
JEZEBEL de ello.
-¿Qué tan
confiables pueden ser estos heteos?
-Tanto como
el Oro que recibirán.
-Eso no me
conforma. No me gusta nada de esto. Hasta hace un suspiro combatieron para los
amigos de SALMANASAR. Entraron en Egipto matando a inocentes de los míos.
-Y tengo
conciencia de ello. Sé lo difícil que puede ser esto para ti. Eres un hombre que
no tiene un precio, te conozco lo suficiente. Ahora son nuestros aliados y los
exterminare yo misma si es que no cumplen con su palabra. Lo saben muy bien.
Recuerdo con
dolor a mi amigo UTNAPISHTIM. Fue una de las víctimas de esta clase de hombres
y voy camino de vengarlo con la ayuda de los de su clase. Quizás no sea la mejor opción
que tengo. Tal vez no les guste que yo sea su nuevo jefe.
Nos
detenemos en una especie de posta. La escolta le da de beber a nuestras
monturas. JEZEBEL me señala un bosquecillo. Detrás, entre algunas caballerizas
improvisadas se alzan algunas tiendas. Varios centenares de hombres están en
preparativos. Basura de Hatti. Nos adelantamos con la reina y KHUFU, que nos
hace de compañía.
De entre esa
masa silenciosa que nos observa sale un hombre cubierto de cicatrices. Es
LIUMA. Su aspecto es similar a todos los de su raza. Alto y de tez blanca,
nariz aguileña, largos cabellos negros trenzados hacia atrás. Debe de tener
unos cuarenta años y se nota que es un soldado curtido. Me observa con rostro
serio, como si no le gustara lo que ve, lo que soy: Un egipcio.
Nos
acercamos lentamente sin bajar de nuestros caballos.
-Mis
respetos, Reina. Me alegra verte y eres bienvenida. ¿A qué se debe tu visita?
-Saludos,
LIUMA. Tengo que presentarte a un amigo. Sera mi interlocutor desde ahora, y tu
nuevo jefe.
continuará ...
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